La máquina

La máquina
No soy piloto para tanta moto, pero ¡¡vaya gusto que me doy conduciendola!!

lunes, 9 de julio de 2012

En obras, como Madrid

Cada día estoy más contenta con la ciencia; además de que no tengo lo que Bernardo envió de China desde el día 18 al día 23 (estoy intentado recuperarlo o rehacerlo, según vaya la cosa), tampoco ha conseguido descargar todas las fotos de la cámara (gracias a Ana eso será un inconveniente, no un escollo insalvable).
Y por si fuera poca broma no sólo no se me permite dejar comentarios en los blogs ajenos (Trimbolera, Luis, estoy en silencio forzoso), sino que no puedo hacerlo ni siquiera aquí. Resultado: no puedo contestar y tampoco puedo publicar muchas más cosas.
Así da gusto, estoy empezando a pensar que el famoso contubernio existe, como las meigas, aunque no lo veas.
Por lo tanto leemos y agradecemos tanto vuestros comentarios como vuestras publicaciones, pero no podemos, de momento, participar ni en unos ni en otras. Desconozco el motivo del boicot y dudo que llegue a saberlo, sólo espero no haber ofendido tan gravemente a los dioses de Internet como para condenarme al ostracismo eterno, desde aquí pido disculpas si en algo les ofendí.
También les dedico los capítulos de la A a la M del diccionario de Cela, premio Nobel al fin y al cabo, todo es cultura pues. Mañana, de seguir así la cosa, les dedicaré las letras restantes y alguna que crearé al efecto.
Un saludo y ¿hasta pronto?


17 de Junio, turismo a la japonesa en Turpan


He estado en varios sitios durante el día libre en Turpan aprovechando que los mecánicos han estado revisando las motos. (Tranquila mamá, están en buen estado, es sólo limpiarlas, ponerlas a punto y retocar algún detalle). Ha sido una jornada bastante intensa en cuanto a  turismo, os lo resumo.
Volvimos a la mezquita de ayer, la que estaba cerrada; visitamos también a unas cuevas y unas galerías que excavan a mano desde las montañas para traer agua hasta la ciudad; en una plantación de viñedos, sólo para pasas porque son musulmanes y no pueden fabricar alcohol; en un lago de sal; en lo que queda de una ciudad milenaria y en unas ruinas de templos budistas.
Vamos, que hemos visto media China en un día, en plan japonés, se ve que ya se nos pegan cosas de Oriente. Hoy voy a hablaros de los viñedos y las casas y mañana el resto de la visita, para no agotaros con demasiada información.

Aquí me tenéis en medio de los viñedos. Cultivan y preparan como unas 100 variedades distintas de pasas y también tienen muchos tipos gusanos de seda y de formas diferentes de tratar los hilos y conseguir telas de distintos tipos.
En la parte no musulmana de China no tienen ningún problema con las bebidas alcohólicas, es más, me sorprendió las cantidades que consumen, sobre todo de cerveza, con absoluta naturalidad, tanto hombres como mujeres. Se suelen pedir rondas completas de, al menos, 6 botellas, nada de una en una como hacemos aquí.








Comen y descansan en mesas elevadas del suelo para evitar el calor y el polvo, normalmente las colocan bajo los emparrados. También las ves en los tejados de las casas, que de noche son el lugar más fresco.
Yo estoy sentado en una, en las fotografías siguientes podéis verlo con más detalle. No me he animado a probar con las que colocan sobre el tejado, tal vez la próxima vez me decida, de momento prefiero probar a ras de suelo.
Vestimenta típica local y detalle de las "mesas"
Mañana la segunda parte.

lunes, 2 de julio de 2012

Chelo también estuvo allí

Esto es de vergüenza, porque el viajero ya ha vuelto y según el blog le falta aún la mitad del recorrido, pero la falta de tiempo y los problemas técnicos siguen presentes.
Hace unos cuantos días le pedí a una amiga que también estuvo en China que me contara sus experiencias para tener otro punto de vista y tuvo la amabilidad de mandarme alguna de sus impresiones. Como tengo su permiso, os lo dejo aquí. Chelo tiene su propio blog http://chelodelatorre.blogspot.com.es/, y ha hecho un hueco para dedicarme parte de su tiempo.
Gracias mil y perdona por haber tardado tanto.

Me ha pedio Paz que cuente  algo del viaje que en agosto del 2009 hicimos a China, mi marido y yo,  y aunque lo tengo muy lejano, ya que en aquella época no tenía el blog y no  iba tomando notas,  intentaré contar algo.

Anécdota:
Como todos sabéis, China, es el reino de las falsificaciones,  tanto,  que en Pekín  hay comercios especializados y si le llevas un traje de marca te lo copian en dos días y te lo traes de vuelta casa.
A lo que iba, en el grupo había  una pareja, relativamente joven, que llevaba las maletas casi vacías, su objetivo era traerlas llenas de cosas de marca   fabricadas allí y así lo hicieron,  cuatro o cinco zapatillas de deportes, vaqueros, camisetas… 

Me hizo pensar:
En Pekín cada vez que paraba el autobús  aparecían unas mujeres bastantes mayores  recogiendo las botellas de agua vacías que teníamos.
El guía nos explicó  que las venden para sacar algo de dinero que es gente con grandes  dificultades económicas y  deben juntar muchísimas porque pagan muy poco por el kilo de plástico, algo parecido a lo del cartón en España, sólo que allí eran mujeres las únicas que los recogían.

Las fotos:

Detalle del tejado de una casa en la Ciudad Prohibida
Cuantas más figuras tiene más alta es la categoría del personaje que vive en ella, por lo tanto esa era de un alto cargo. En cada esquina del techo había pequeñas estatuillas, y el número representaba el estatus social del propietario. La residencia del emperador tenía nueve estatuillas, ya que diez simbolizaban el cielo, y eran usadas sólo en los edificios más sagrados de toda la ciudad.
 
Detalle de la calzada en la Ciudad Prohibida

El Templo del Sol sin mí

El Templo el Sol conmigo.
(Yo creo que así queda más lucido, mejora notablemente) 


Me ha parecido maravillosa la fotografía de la calzada de la Ciudad Prohibida, nunca me hubiera imaginado que alguien podría tomarse tanto trabajo para labrar de esa manera un suelo y, como no, me ha abierto el afán de investigar más, aunque no es mucho lo que he averiguado, aún así aquí os dejo algo más.
Calzada Imperial: En el centro de las escaleras que llevan hasta cada uno de los principales edificios de la Ciudad Prohibida se puede ver una pequeña rampa de mármol con dragones tallados que estaba reservada para el carruaje del emperador. Éste entraba por la Puerta de la Suprema Armonía, inicio de la calzada,  y conducía directamente triunfal al Palacio de la Suprema Armonía (Taihedian), sede del trono del emperador.