Cada día estoy más contenta con la ciencia; además de que no tengo lo que Bernardo envió de China desde el día 18 al día 23 (estoy intentado recuperarlo o rehacerlo, según vaya la cosa), tampoco ha conseguido descargar todas las fotos de la cámara (gracias a Ana eso será un inconveniente, no un escollo insalvable).
Y por si fuera poca broma no sólo no se me permite dejar comentarios en los blogs ajenos (Trimbolera, Luis, estoy en silencio forzoso), sino que no puedo hacerlo ni siquiera aquí. Resultado: no puedo contestar y tampoco puedo publicar muchas más cosas.
Así da gusto, estoy empezando a pensar que el famoso contubernio existe, como las meigas, aunque no lo veas.
Por lo tanto leemos y agradecemos tanto vuestros comentarios como vuestras publicaciones, pero no podemos, de momento, participar ni en unos ni en otras. Desconozco el motivo del boicot y dudo que llegue a saberlo, sólo espero no haber ofendido tan gravemente a los dioses de Internet como para condenarme al ostracismo eterno, desde aquí pido disculpas si en algo les ofendí.
También les dedico los capítulos de la A a la M del diccionario de Cela, premio Nobel al fin y al cabo, todo es cultura pues. Mañana, de seguir así la cosa, les dedicaré las letras restantes y alguna que crearé al efecto.
Un saludo y ¿hasta pronto?