Ayer quedamos en el punto 5 del decálogo fundamental del motero, así que, como lo prometido es deuda ahí va la segunda, pero no por ello menos importante, parte II.
6-. Es fundamental tener presente que, como suele ocurrir en la vida, siempre puede ser peor. Durante el trayecto Lanuza-Bilbao sufría intermitentes y horribles calambres en el pie izquierdo, y el altavoz derecho me había triturado la oreja hasta convertirla en una masa similar a un pimiento de piquillo en cuanto a forma, textura y color. Yo creía que eso era malo hasta que mi marido recolocó los altavoces y entonces pasamos al punto siguiente.
Si eres precavido y te las quitas antes de ponerte el casco eso que ganas. |
8-. La letra con sangre entra: ya sé cómo colocar correctamente los altavoces.
9-. No intentes, repito, no intentes, bajo ningún concepto, peinarte al bajar de la moto. Perderás el tiempo y el pelo de forma progresiva, es decir, a más tiempo intentando peinarte, más pelo se te caerá (pero los nudos seguirán ahí, no conseguirás deshacer uno sólo de ellos). Existe la posibilidad de comprar un casco varias tallas mayor que la tuya y llevar los rulos puestos; ni lo recomiendo, ni lo desaconsejo, ahí queda la propuesta por si alguien quiere intentarlo. En caso de que haya alguna valiente dispuesta a ser pionera en este tema que por favor nos cuente su experiencia.
10-. Los escasos momento en que te levantes la pantalla puedes dar por seguro que, al menos, un bicho se te estrellará contra la cara. Según el tamaño del subsodicho (medida mosquito o tamaño avión tranoceánico) y el lugar donde impacten (nariz, ojos, mejillas...) la gravedad del choque puede ser leve, moderada, grave, muy grave o mortal de necesidad, pero que te va a pasar, eso seguro.
Bicho tamaño standar de repugnacia media-alta. |
Ahora entiendo por qué Raquel saca tantas excusas a la hora de subirse a la moto. Antes iban de punta a punta de España, cuando eran novios. Se compraron los equipos en Andorra con toda la ilusión ... pero ahora cuando salen se la llevan en el remolque.
ResponderEliminarBueno, ahora mismo de motos nada porque Lucía no cabe!
Dile a Raquel que cuenta con toda mi comprensión y si quiere argumentos para no salir de ruta cuando Lucía ya no le sirva de parapeto, que le enseñe esto a Javi.
EliminarTus experiencias de motera, me hacen recordar mis épocas de esquiadora. En uno de los cursillos de esquí, a diez grados bajo cero, con la nieve más helada que en una pista de hielo y después de un madrugón para llegar a las nueve a las pistas, nuestro monitor nos decía: “Venga chicos, a las pistas, que los buenos esquiadores no les importa el mal tiempo, cuando hace bueno, cualquiera puede esquiar” Y creo que la ilusión por un deporte y la satisfación que te produce, supera con creces todos los inconvenientes.
ResponderEliminarCon todo lo que nos cuentas, me da, que igual acabas yendo a China de paquete. Besos guapa y no pierdas tu buen humor que tanto nos hace disfrutar.
Laura vuelvo a darte la razón, esta se va a china por si aparece una "mandarina".
ResponderEliminarLaura, Luis, si de verdad deducís de mi dilatada y fructífera experiencia motera que voy a irme a cruzar 3.500 kms de barrizales, caminos polvoriento, desiertos y sabe Dios qué más, tengo que pensar que me explico fatal o que estos comentarios eran para otro blog y ha habido un error.
ResponderEliminarNo yo solo lo digo por la "mandarina"
EliminarConozco muy bien todas esas alegrías y alborotos...Altavoces no me he puesto nunca, pero ese dolor lo he sufrido con los pendientes...al loro si vas a ponerte casco, quitate los pendientes...con el pelo tengo menos problemas, lo llevo muy cortito, así y todo al quitarte el casco siempre está chorreando.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un beso.
Toda la razón Laura, se me olvidó esa precaución elemental porque hace ya mucho que no llevo pendientes en la moto y si la usamos para ir a tomar algo los llevo metidos en un bolsillo y me los pongo al bajar. Pero sí, debería poner un punto 10 bis.
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