Después de dos días desconectado (no había wiffi) acabamos de llegar a Korla, al norte del desierto del Takamakian, que hemos cruzado entero desde el sur, después de una jornada de 800 km. Aquí podéis ver el itinerario de estos dos días para que os podáis hacer una idea aproximada.
Curiosamente nos ha llovido un buen rato. Aquí enlazamos con la Ruta que hacía Marco Polo (Ruta Norte). Nosotros hasta hoy hemos hecho la Ruta Sur de Seda y hemos cruzado el desierto en moto, cosa que hasta ahora era imposible.
Lo que ha cambiado esta sitaución es que los chinos han encontrado petróleo en medio del desierto, razón por la que han construido una carretera y para que no la invadan las dunas, han plantado a ambos lados millones de arbustos con riego artificial. Millones de km de tubería y una estación de bombeo cada 4 km a lo largo de más de 500 km de ancho del desierto, una obra realmente colosal.
Aquí tenéis dos imágenes de los sistemas de contención de dunas que os comentaba.
Para que os hagáis una idea de hasta donde llega su curiosidad os contaré que aquí hay peajes en todas partes, en todo tipo de carreteras, sean mejores o peores, la mayoría de peaje y algunos de control. Las motos, que en China tienen un trato muy peculiar y son muy escasas, como ya os comenté, no pagan peaje, pero si se levanta la barrera tendrían que cobrar, así que nos hacen pasar de mil modos diferentes, alrededor, por un hueco, a la vez que otro coche....
En uno de estos peajes la policía china nos dió el alto, de inmediato llamamos a nuestro guía para que aclarase la situación. Acto seguido nos hacen ir a todos al equivalente al cuartelillo. En ese momento reconozco que ya nos veíamos en un avión de vuelta a casa, en el mejor de los casos. Nada de eso, nos ofrecieron amablemente (eso sí, siempre son muy amables) unos botellines de agua fría y nos pidieron permiso para hacerse fotos con nosotros y con las motos. Obviamente se lo dimos.
Cuando llegamos al siguiente control ya habían avisado a sus compañeros y volvimos a posar para otro grupo de policías, encantados con la novedad.
Ya estoy de vuelta después de cenar, hemos cenado en una parrilla mongola. Es como lo de la carne a la piedra.
Otro dato curioso es que en lass gasolinera hay que negociar para que le echen la gasolina directamente a la moto. Las motos chinas son un poco desastre (hay pocas de gasolina y el resto obligan a que sean eléctricas), tienen miedo que exploten, por eso repostan con una especie de tetera y tardas una eternidad, pero nosotros somos muchos y nos llevaría mucho tiempo hacerlo así. Por eso, siempre hablando en español, les pedimos por favor que nos dejen repostar con el método tradicional, los adulamos, los jaleamos, los vitoreamos y aplaudimos y, por fin, conseguimos nuestro objetivo. De momento funciona, esperemos que no nos falle, parecemos titiriteros de gira.
Esta vez me he extendido más en aspectos curiosos del viaje que en el viaje en sí, mañana más. Un saludo.
Esta vez me he extendido más en aspectos curiosos del viaje que en el viaje en sí, mañana más. Un saludo.
Me encantan tus reportajes, es como vivirlo en directo pero con la seguridad de estar en casa. De todas formas os tratan como reyes o casi dioses !!
ResponderEliminarExperiencia apasionante. Para vivirla. ¡¡Vaya vaya con ese "Pekín Express"!!
ResponderEliminarSegún el recorrido publicado en otra entrada, mañana es el último día de la ruta. Disfruta! (y cuéntanos....)
ResponderEliminarPerdonad por no haber contestado antes a los comentarios, pero la intensa vida social de mi hijo me lo ha impedido (fiesta de fin de curso el miércoles, cumple el jueves,mañana y comida en casa de un amigo, gracias mil Marta, y otro cumple el viernes...). Acabo de hablar con Bernardo y salen ahora para el aeropuerto camino de Sanghai. Tienen casi una hora hasta allí y además les revisan las maletas con microscopio, así que van muy, muy temprano. Mañana pasarán el día en la ciudad, a ver qué diferencias encuentra con Pekín. Sí que los tratan bien Trimbolera, dice que son extremadamente amables. Me encantaría vivir yo este viaje Mª Josefa, pero sin la moto. Y Pepa, tienes más control del viaje que yo, que ando con un lío tan grande que no sé casi ni cuando vuelve, me asombras, soy un desastre así que admiro a la gente que tiene la cabeza en su sitio. Un beso a las tres.
ResponderEliminar