La máquina

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No soy piloto para tanta moto, pero ¡¡vaya gusto que me doy conduciendola!!

miércoles, 6 de junio de 2012

Inmersión cultural


Vale, es verdad, mi marido se va a China de viaje de aventura, lo sé desde hace tiempo pero hasta ayer, con toda la ropa preparada para meter en la maleta, los medicamentos mínimos pero imprescindibles, el asiento concreto del avión reservado y todo listo para salir, no me di cuenta que va en serio.
Quien parece tenerlo bastante asumido es el peque, hasta el punto que habla con naturalidad de China, sus costumbres, sus comidas y ¡PÁSMENSE, DEL IDIOMA!.
Durante el paseo que dimos ayer por la tarde me fue diciendo el (presunto) nombre en chino de Roco, el perro de los vecinos que suele acompañarnos cuando damos una vuelta, los helechos, las ortigas, el camino, la hierba, las vacas, las gallinas...
Creo que quiere que el padre lo lleve con él pero tengo la impresión que no va a serle muy útil en la cuidad, todos sus conocimientos del idioma parecen limitarse al entorno rural. Claro que yo no hablo chino, igual resulta que habla perfecto mandarín y yo ni me entero y estoy desperdiciando un talento... 
Convicción no le falta y ese es uno de los requisitos fundamentales para hablar un idioma extranjero de los dos posibles. A saber: hablar a voces para que te entiendan mejor, o decir palabras que suenen chinas con aplomo y seguridad. Cualquiera que sea capaz de distinguir la falta de comprensión de la sordera optará por la segunda opción.




Por supuesto que hay una tercera, aprender el idioma del país que queremos visitar, pero ¡por favor, que somos españoles, un respeto!.
Teniendo en cuenta que el viaje discurrirá por parajes en los que el conocimiento del inglés brilla por su ausencia y las posiblidades de que hablen español son más bien escasas (salvo lo típico, paella, Barcelona, Real Madrid, Ibiza, torero y ¡olé¡) le he aconsejado a Bernardo que se dedique a la mímica a tope, sin pudor y, en el caso de la comida, no preguntar y, como mucho, señalar lo que parezca apetecible, sea lo que sea.


Hay que probar de todo antes de decidirse
Creo que el tema comida merece una entrada aparte, así que lo dejo aquí porque no sé si será posible mantener el blog al día durante el viaje y tengo que dejarme algún as en la manga si quedo de dueña y señora de Chinuza, Emperatriz me gusta más. Otro post para establecer las leyes y gobierno de este imperio, ahora que lo pienso.
Mañana empieza de verdad la aventura, para los dos. Quiero que vayas, que disfrutes por mí y por tus compañeros, pero también tengo ya ganas de que vuelvas.


Yo sé lo que significa, y el que sepa chino también
¡BUEN VIAJE CARIÑO!

6 comentarios:

  1. El chino me parece dificilísimo, lo más que conseguí en nuestro viaje por esas tierras fue aprender a usar los palillos.
    Espero que todo le vaya muy bien.

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    1. Pues ya ves, mi hijo de 5 años y sin nociones previas, en plan autodidacta, lo domina perfectamente, si es que a esta edad son como esponjas...

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  2. Aquí está mi Paz, cuando te he leído me han entrado las ganas de decir: ¡¡ Hala pués Bernardo, pa´lante con rasmia, a comerse la China por las patas !!
    - Y tú nos vas contando lo que puedas, que con saber que está bien nos conformaremos -

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    1. Yo me conformo con que China no se lo coma a él, que no creas, le tiene respeto al viaje. Pienso que si se lo toma con tranquilidad todo irá como la seda (je, je) y llevan coche de apoyo (supongo) así que a una mala puede hacerse el viaje en cómodo 4x4, como a mí me gusta.

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  3. Por el idioma no te procupes Bernardo...por señas como hacemos todos cuando viajamos fuera. Te deseo lo mejor del mundo para esta aventura...suerte y a por ella!!...De verdad que te envidio.
    Un beso.

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    1. Es lo bueno que tenemos los españoles, que a gesticular no nos gana nadie. Muchas gracias por el apoyo, un poquito de envidia le tengo yo también, no creas.

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